La libre manifestación de las ideas está consagrada en los artículos 6 y 7 de nuestra Constitución, su presencia es fundamental para el buen funcionamiento de nuestra sociedad, ya que contribuye a que los ciudadanos ejerzamos otros derechos y libertades fundamentales, con responsabilidad y compromiso, tales como la libertad de prensa, los derechos de reunión y asociación, de petición y participación política.
Este derecho se remonta a los tiempos del “Benemérito de las Américas” Benito Juárez García, quien impulsó los cambios legislativos necesarios para que los mexicanos pudiéramos expresarnos con libertad.
La lucha por la libertad de expresión comienza por respetar la libertad de los demás a decir lo que sienten, aunque no estemos de acuerdo con sus razonamientos. Para los gobiernos es una excelente oportunidad para reafirmar nuestro compromiso con este derecho inalienable al ser humano, aboliendo cualquiera de las medidas que la restringen.
Hoy me permito citar a Lázaro Cárdenas del Río, quien afirmaba que “El gobernante que pretende encausar a su país hacia la democracia tiene que empezar por ser un verdadero demócrata, y demostrarlo tolerando la oposición, por más cruda que se ejerza en el mitin, en la prensa, en la diatriba personal”.
Desde este espacio celebro y reconozco la labor de quienes ejercen su derecho a la libertad de expresión, con compromiso y responsabilidad, conscientes de que su palabra transforma nuestra sociedad, la humaniza, la vuelve más justa.
Lic. Deysi Lisbeth González Aguilar
Presidenta Constitucional de Tuxtla Chico.